Tel : 976 233 510 | 976 272 563 | Envio gratuito en Zaragoza ciudad

Tel : 976 233 510 | 976 272 563 | Envio gratuito en Zaragoza ciudad

    • No hay productos en el carrito.

Yuri Gagarin saluda al planeta desde la órbita terrestre, Los Beatles dan su primer concierto en The Cavern, el muro de la vergüenza comienza a erigirse en Berlín, son las navidades más frías desde que hay registros en Europa. También por entonces muere el escritor Ernest Hemingway a los 61 años y nace Juan José Moreno Cuenca, alias “El Vaquilla”, fugitivo y delincuente. Es el año 1961.

En 1961 ve la luz en Zaragoza, en el chaflán de los números impares que forma el cruce del Camino de las Torres con el Paseo de Sagasta, la floristería La Rosaleda. La acoge un pequeño local con una amplia y soleada fachada y un altillo que hace las veces de almacén, trastienda y taller. Transcurren tiempos complicados, para España y para el mundo, y también para la familia que abrió y desde entonces gestiona esta tienda de flores. También son tiempos que, a veces, permiten albergar cierta esperanza. Tiempos que con su alocado devenir entre apremios, sobresaltos, alegrías, expectativas, desasosiego y pesadumbre, pero siempre plenos de sorprendentes acontecimientos y anhelos renovados, pareciera que nos hubieran traído hasta el presente año 2015, más de medio siglo después, sin haber dispuesto de ocasión más oportuna que estas líneas para volver la vista atrás desde la que, esperamos, no sea la última vuelta del camino, sino el otero desde el que extender la mirada sobre un futuro abierto a mil nuevas ilusiones, tanto vitales como profesionales, en torno a un oficio tan querido para nosotros como el de la floristería.

Sin obviar las dificultades que ello conlleva, sobre todo para su propia supervivencia, nos gusta siempre recordar el carácter profundamente familiar del negocio, dado que se trata de un rasgo fundacional y constituyente, que aporta a nuestra floristería unas ventajas, unas flexibilidades y unas fortalezas, a nuestro parecer muy perceptibles para los clientes de Flores La Rosaleda, así como -lo que no es menos importante- para sus trabajadores. Los clientes son atendidos siempre personalmente. Y a diferencia del sucedáneo de servicios de floristería profesional que portales virtuales o  cadenas de establecimientos comerciales de floristería pueden ofrecer utilizando expresiones como “atención personalizada”, “trato directo con el florista”, “seguimiento postventa” o “atención de reclamaciones”, por el contrario, en nuestros dos establecimientos de La Rosaleda atiende al cliente un equipo de floristas profesionales de la casa, con larga experiencia y probada confianza.

Inevitablemente, la evolución de un negocio familiar va ligada al devenir de las vidas de la familia que lo regenta, así como de las de los miembros de la plantilla, puesto que la mayoría de éstos cuentan su pertenencia a Flores La Rosaleda por décadas, y algunos comenzaron su vida laboral en este negocio y alcanzaron la jubilación en él.

Lo cierto es que con el paso de los años y, con ellos, las generaciones, Flores La Rosaleda ha ido experimentando un proceso de profesionalización de cuya limitación adoleció inevitablemente al principio. Así, la primera generación, la de los abuelos abrió camino con apenas la ilusión por un lado y la necesidad de ganarse la vida recurriendo al autoaprendizaje por otro, en una Zaragoza que avanzaba a trompicones, ensanchándose con el esfuerzo, el sufrimiento y la esperanza de gentes que abandonaban sus pueblos en busca de un futuro. La Rosaleda de los primeros años sesenta empezó su vida dando servicio a muchos nuevos residentes que, como los miembros de su equipo, también luchaban por salir adelante en un contexto lleno de incertidumbres.

Son años en que las floristerías de Zaragoza se abastecen en el mercado local de cultivadores del entorno de la ciudad y, sobre todo, reciben el género a través del ferrocarril. A la antigua Estación del Portillo, se acude de madrugada, al principio incluso en carro tirado por una bicicleta, a recoger la flor proveniente de la costa levantina que el tren correo entrega semanalmente. Es flor cultivada en España y, por tanto, de temporada.

Actualmente en nuestro establecimiento se encuentra flor proveniente de todo el mundo que a las pocas horas de ser cortada en su lugar de origen, se puede encontrar a disposición de nuestros floristas para la confección de los arreglos que serán servidos al cliente.

También por aquella época comienza a abrirse la posibilidad de enviar y recibir flores entre dos ciudades, más allá incluso de la frontera. Comienza La Rosaleda, en asociación con otras floristerías, a ofrecer un servicio interurbano de entrega de flores a domicilio en que el papel de emisor y el receptor lo ejercen dos floristerías situadas en la ciudad del remitente de las flores y del destinatario de las mismas, respectivamente. Lo que vendría a ser un servicio P2P previa revolución digital… Este servicio se hizo en Flores La Rosaleda bajo la marca de Interflora, entidad con la que, a día de hoy, se sigue trabajando, si bien los cambios obligados por el nuevo entorno tecnológico han sido profundos.

floristeria-la-rosaleda-familiar

En La actualidad, desde cualquier lugar del planeta, nuestros clientes pueden efectuar su pedido de flores, las 24 horas del día, en nuestra tienda online, para servir a domicilio en Zaragoza y entorno (casi un millón de personas) en el mismo día y durante todos los días del año.

No adelantemos, sin embargo, acontecimientos. Siguiendo con esta historia, la consolidación vendría en los primeros setenta, pese a la crisis que afectaba tan duramente al entorno. La generación de los padres, ya con experiencia en la profesión, fue dando la forma y el carácter que exhibiría el negocio durante las décadas siguientes. Al establecimiento citado del Paseo de Sagasta, siguió la apertura de una nueva tienda de flores en la Avenida de Goya, junto a la Gran Vía.

Es entonces cuando el volumen de trabajo comienza a aumentar. Son los años 80. Se necesitan cámaras frigoríficas para la correcta conservación del género, máquinas adecuadas para su tratamiento, furgonetas para su recogida en los puntos de recepción, etc. Toda una serie de servidumbres que ha ido reduciéndose hasta un presente en que hemos podido liberarnos de buena parte de aquellas tareas subsidiarias que no pertenecen estrictamente a la labor de un florista o decorador floral, sino que forman parte de la logística necesaria. En la actualidad nuestros floristas pueden dedicar casi todo su tiempo a la atención del cliente y, sobre todo, a la creación y composición de los arreglos florales demandados. Así mismo, y dado lo delicado del producto que elaboramos, el posterior reparto a domicilio de nuestras composiciones también lo lleva a cabo personal propio de Flores La Rosaleda.

Los años pasan, las crisis suceden a épocas de bonanza y viceversa, el entorno evoluciona, el negocio resiste, se adapta, se robustece y crece, unas generaciones envejecen, otras nacen y alcanzan la madurez. A los abuelos suceden los padres y a los padres, los hijos del equipo de Flores la Rosaleda… y también, para nuestra satisfacción, de nuestros clientes, que a su vez también son clientes. Finaliza el siglo XX y a La Rosaleda le quedan por escribir muchas páginas de su pequeña historia. El tercer milenio saluda a la humanidad. Algunos lo recibimos con flores efímeras cuyo aroma va a perdurar siempre en nuestra memoria.

Con cierta melancolía, sobre todo entre los más veteranos, vemos caer las hojas del calendario. El entorno va cambiando, el paisaje se modifica, las viejas tiendas del gremio de la floristería han ido sucumbiendo al paso del tiempo y a sus vaivenes. Flores La Rosaleda, sin embargo,  pervive y prosigue su andadura adentrándose en el nuevo milenio. Las fachadas de sus dos viejos locales siguen saludando a los zaragozanos cada mañana, con pequeños retoques, mientras que por dentro la organización se renueva, el negocio evoluciona, siempre hacia adelante, sin piruetas inciertas pero sin ceder los puestos de vanguardia que hemos venido ocupando en el sector. Y la clientela toda, la de siempre y también la nueva, que es siempre agente del cambio, nos impele a afrontar nuevos retos.

Internet, como a muchos, nos encuentra trabajando en lo de toda la vida pero pronto se va a ver esta herramienta como algo que ofrece nuevas posibilidades en el oficio de la floristería. Al poco tiempo, la red se convierte, también o más que en otros ámbitos comerciales, en indispensable. Estamos conectados. Flores La Rosaleda es pionera en el comercio digital. Ya en los albores del siglo XXI disponemos de nuestra primera tienda online www.floreslarosaleda.com, que enseguida dispondrá de TPV virtual y permitirá la compra y el pago seguro a través de internet. Fue la primera que ofreció este servicio en Zaragoza.

El género del que se surte Flores La Rosaleda proviene hoy de todos los lugares del mundo. El mercado de la flor también se ha hecho global. La mercancía se transporta por vía aérea hasta Europa, si su origen es extracontinental, y de ahí se distribuye hasta los almacenistas locales o directamente a las floristerías. La logística necesaria para poner diariamente a disposición de nuestros clientes lo mejor de la oferta mundial excede en mucho los primeros envíos a través del correo nocturno proveniente de Barcelona y con parada en la Estación del Portillo.

Con todo, nos sigue gustando recurrir a los productos de cultivos locales, cuando su calidad y lo arraigado de su consumo lo merecen. Se trata en su mayoría de productos de temporada como calas, crisantemos, flores de pascua, muérdago o acebo con fruto, pequeñas calabazas decorativas para el otoño, etc.

En cualquier caso, la inmediatez es básica en el servicio que ofrece una floristería. Por la naturaleza misma del producto que es perecedero, y por las necesidades que necesita cubrir el producto de nuestro trabajo, en la mayoría de las ocasiones debemos trabajar muy deprisa para que el arreglo floral esté en las manos requeridas en cuestión de horas. Así, por ejemplo, nuestros clientes deben tener la posibilidad de efectuar su pedido las 24 horas del día para que la confección del arreglo floral y su entrega se realicen en las horas siguientes. Y ello exige que la flor requerida haya sido cortada en algún lugar del mundo y en las pocas horas anteriores –a lo sumo algún día- a la necesidad surgida al cliente.

Para ello, desde siempre, Flores La Rosaleda abre sus puertas al público todos los días del año, domingos y festivos incluidos. Y desde que las nuevas tecnologías lo permiten, ofrecemos casi todos nuestros productos y servicios en nuestra tienda online www.floristerialarosaleda.com, obviamente, las 24 horas del día.

Vencido el medio siglo de existencia, pero con un equipo que ha ido incorporando colaboradores jóvenes que cuentan con una formación internacional especializada, acorde a los requerimientos tradicionales, así como a las nuevas tendencias y necesidades del arte floral en todo el mundo, desde este viejo negocio familiar zaragozano queremos apuntar al mañana para seguir poniendo nuestras flores a disposición de nuestros clientes en cualquier rincón del planeta, así como de sus seres queridos. Sin olvidar que mañana mismo hemos de volver a abrir, un día más, nuestra puertas a la calle, para exponer, al viandante de paso apresurado o sosegado, en un día cualquiera, en una fecha señalada en el calendario, o en una soleada mañana de domingo, uno de los mejores y más variados repertorios de flores y arreglos de la ciudad, desde hace más de medio siglo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0